domingo, 17 de julio de 2011

Mardita caló.

Aunque durante estos días no he pisado mucho el laboratorio con todo este jaleo de los Sanfermines y lo de Nacho Polo, mi equipo, que es un equipo para quitarse el sombrero, ha seguido trabajando en los proyectos pendientes, básicamente la recascaradora de nueces y el rastrillo para coquinas con GPS.
El Lunes pasado reasumí mis tareas al frente del grupo y la Doctora Furuyawa, del departamento de I+D, nos hizo llegar las recomendaciones de la Junta de Andalucía para paliar y prevenir los efectos del calor durante los meses veraniegos.

Hicimos un alto en nuestras tareas, detuvimos momentáneamente el fumigador de escabeche y mientras saboreábamos un Nespresso y unas tostadas con chicharrones pasamos a considerar los puntos del mencionado informe para poder después presentarlo a la Consejería de Medio Ambiente, a la de Sanidad y Consumo y al Club de Amigos del Abejaruco Macho.
Para empezar, la Junta de Andalucía, con capital en la ciudad del Betis, enumera una serie de medidas para paliar el calor durante el verano. Ahí no se puede decir que no hayan estado finos, porque si las dan para paliar el calor en invierno es para darles de hostias.
Punto 1º “Se recomienda evitar la exposición directa al sol de bebés de menos de seis meses a cualquier hora del día y de niños pequeños entre las 11 y las 17 horas”.
Esto es importante. Rogamos encarecidamente a la población adulta que no abandone a sus crianzas  al sol a partir de las once y hasta las cinco de la tarde. Ya a las seis, como refresca, si quieres le puedes dar una vuelta por la explanada de Rostrogordo y seguro que disfruta el chavea. Eso si no se ha derretido antes.
Punto 2º La Consejería de Salud también resalta que debe evitarse dejar a los menores en lugares cerrados y expuestos al sol sin medidas de climatización, como los coches, las casetas o las tiendas de campaña.
Si alguno de los lectores tenía pensado irse a jugar un torneo de petanca o de padel y dejar al chiquillo dentro del Mercedes, al sol y con las ventanillas cerradas, por favor, que desista. A mí una vez se me quedó un kilo de gambas en el coche mientras me tomaba un café con mi amigo Jesús, y cuando volví, el coche olía como el sobaco de un mamut.
Punto 3º Si un golpe de calor afectara al niño, es importante colocarle en un lugar fresco y ventilado; aflojarle o retirarle la ropa y envolver el cuerpo en sábanas húmedas.
Es decir, al contrario de lo que muchos pensamos, no es bueno –repito, no es bueno- meter al pobrecillo infante en un ascensor sin ventilación y abrigarlo con una manta Paduana, y mucho menos, rodearle el cuello con una bufanda del Depor. Esto debería quedar claro incluso para los seguidores del Depor.
Punto 4º Es aconsejable para las personas mayores de 65 años la ingesta de abundante agua y bebidas refrescantes durante las horas del día en las que se registran las temperaturas más elevadas.
Es labor de todos terminar con esa horrible visión de cientos y cientos de jubilados en nuestras calles y plazas, consumiendo gran cantidad de polvorones, mantecados y tortas imperiales a pleno sol, poniendo inconscientemente sus vidas en peligro verano tras verano.
El equipo de investigación determinó, a este respecto, no considerar bebida refrescante el caldillo de las coquinas. Se está estudiando si lo que queda de los callos de un día pa otro podría incluirse en este apartado. Esperamos el dictamen del Doctor Pollanski.
Punto 5º. En caso de una posible deshidratación, se debe administrar agua.
Aquí hay que reconocer que el equipo no tuvo ninguna duda en aceptar como propia esta recomendación. Porque hay veces en las que parece lógico pensar: “Si el paciente sufre deshidratación, podríamos darle unos huevos con bacon y un bocadillo de anchoas, o unas papas a la extremeña con pimentón de la Vera”. Pero… ¡NO! Lo que hay que hacer es darle agua. Que es un niño chico… ¡aguita! Que es un tío con los huevos negros… ¡agua del botijo! Que es un pijo, por favor, para nada, o sea… ¡Vichy! Que es un poeta… ¡Bezoya! Y así, todos felices e hidratados.
Si además le das un toquecillo de crema con Aloe Vera encima le hidratas la piel. Que se puede morir igual, pero con la piel mucho más suave.
En fin, al margen de los Premios Nobel de la Junta de Andalucía, a este Laboratorio le gustaría terminar con la siguiente conclusión.
Si hace calor, ponte fresquito, pégate una ducha, colócate delante del ventilador, tómate una Heineken bien fría… Búscate la vida, que ya eres mayorcito para tonterías.